CULTURA Y FOLCLOR

Danza - BOLÍVAR

La multiculturalidad del departamento de Bolívar se encuentra reflejada principalmente en la música y danza folclórica, que nos permite distinguir un mínimo de cuatro zonas con características particulares que vienen a enriquecer la cultura del departamento.

 

Zona Litoral o Norte

 

Es la mas “negra” de las zonas culturales del departamento, por la fuerte influencia de los pueblos africanos traídos por los esclavistas españoles. En ella encontramos entre otras manifestaciones musico-danzarias, los Bailes de Negro.

 

Baile del Negro 

Es una manifestación eminentemente de origen africano, de carácter guerrero y de cacería, de movimientos convulsivos, gritos y coplas satíricas. En su desarrollo recibió la influencia indígena en la instrumentación musical y española en el vestuario. Estos bailes inicialmente masculinos, permitieron con el tiempo la presencia de la mujer y sirvieron como base para el surgimiento de otros bailes mucho más reconocidos, como el Congo, que representa el Carnaval de Barranquilla, danzan en línea o circulo para atrapar a alguna persona e imponerle una multa. Su música es interpretada por un tambor alegre, claves (tablas), maracas o guacharacas.

 

El Mapalé

Es otro baile típico de esta región, muy difundido a todo nivel nacional e internacional. Representa el trabajo del hombre bolivarense en la pesca, donde los ejecutores representan los movimientos del pez fuera del agua y a los animales del hábitat natural del pescador. Los hombres y mujeres bailan sin tocarse, en forma convulsiva al son de frenéticos tambores. Hoy, algunos grupos deforman esta expresión cultural del hombre trabajador, en la representación de la cópula sexual.

 

La Zona de Montes y Sabanas
Su mayor expresión folclórica es la Gaita, danza y música de igual nombre que comprende diversas variantes rítmicas.

 Depresión Momposina Y Sur de Bolívar - Cultura Anfibia.

 La zona conocida como la Depresión Momposina y el Sur de Bolívar, es una sub-región déltica y lacustre, tan anegadiza como fértil, donde el río sigue jugando un papel fundamental en la vida de sus pobladores, los que a través del canto, tambora palmas y baile expresan sus anhelos por construir un mundo mejor.

 

 

La Tambora

    

En esencia es la mayor expresión cultural del hombre del sur de Bolívar, y con este nombre se identifican muchas cosas: la música, el instrumento, el conjunto musical, la danza, uno de sus ritmos, así como un sinónimo de fiesta popular.

 

Sólo las mujeres cantan y es notoria por eso la influencia africana, que combina alternativamente la voz de una cantadora que emite versos sueltos, unas veces en rima y en ocasiones sin rimar, donde se insertan respuestas invariables que adornan cada canto.

 

Al danzar, sale una de las acompañantes y desafía a su antojo a un hombre; mientras tanto los coristas, hombres y mujeres, van emitiéndole verso fijo del canto propuesto. La mujer desliza sus pies descalzos sobre el suelo persiguiendo al adversario hasta el cansancio. El parejo la estimula, la reta y capotea, evadiéndola sin tocarla y sin dejarse tocar. Es un duelo de gracia y malicia donde la mujer siempre gana y el hombre inexorablemente pierde.

Organológicamente el Conjunto Tambora, está integrado por la Tambora o bombo, un currulao o tambor alegre, una cantadora solista, coro mixto que la acompaña con palmas o tablitas (gallitos) y modernamente los ideófonos, maracas y guache.

Rítmicamente comprende varios sones entre los que se destacan la tambora, el berroche, la guacherna y el pajarito o chandé.

 

El chandé

Baile de pascua de los negros. Un ronco tambor percute sin cansancio llamando a los aficionados. Suenan siempre en la puerta de la casa de la más antigua cantadora o la más alegre. El grito del tambor convoca a quienes por tradición lo festejan. Mientras cantan, una pareja irrumpe en un círculo, la mujer cabecea con imponencia y con un ligero coqueteo, el hombre al acecho se agacha, se retuerce con el ritmo isócrono del tambor, se encoge y se empina, alza las manos o se las lleva a la cabeza. La pareja finge el cortejo, y en un descuido del macho, mete una zancadilla y con un traspiés cae derribado contra el cerco humano que se retuerce a carcajadas.

 

El chandé va por la calles con su tropel de cantadores y bailadores y la comparsa va creciendo con el fervor de los agraciados y así amanecen: cantando y bailando.

Otras expresiones del folclor bolivarense

La Cumbia

Algunos ven en la cumbia la personificación mítica de un rey llamado “Cumbé”; es la voz con la cual se designa en muchas partes del Caribe lo que en Colombia se llamó palenques.

 

Apócope de cumbiamba, este termino debe tener relación con la voz antillana cumbancha. Generalmente se confunde cumbia con cumbiamba, pero en la práctica son dos cosas diferentes, ya que la cumbiamba se refiere al festival o al lugar donde se baila, no solo la cumbia sino otros ritmos como bullerengue, mapalé, porro, entre otros. La cumbia es de procedencia africana, que con el correr del tiempo se convirtió en la expresión coreo musical más representativa de la de la cultura afro-colombiana. Se dice que pudo tener su origen en Cartagena, aunque en el Banco, Plato, Mompox y Ciénaga, también reclaman ese derecho como punta de partida o nacimiento de este ritmo.

 

Musical y dancísticamente es la principal expresión folclórica del departamento de Bolívar y la Costa Atlántica, siendo este el ritmo con que se identifica a Colombia a nivel internacional. Es el hecho tradicional danzario que mejor recoge las culturas básicas que influyeron en la construcción de la cultura del pueblo colombiano, donde el hombre representa el aporte negro, la mujer la presencia indígena y el vestido la imposición europea. Es una danza de conquista amorosa donde las parejas bailan en círculos, alrededor de la música, en dirección contraria a las manecillas del reloj.

 

En la Cumbia, la mujer lleva en su mano derecha, un manojo de vela que recibe del hombre, el cual tiene un claro sentido ritual de origen “Chimila”, indígenas de la Costa Atlántica Colombiana, que en sus ceremonias fúnebres llevaban antorchas encendidas como símbolo de la luz de mas allá, y bailaban en circulo alrededor del féretro en dirección contraria a las manecillas del reloj, para “el viaje sin regreso”.

 

El Bullerengue

  

Este es un toque de tambora, llamador, tambor mayor, bombo y en caso muy especial pechiche, por tratarse de un ritmo de fondo ritual, pues se relaciona con la ceremonia de la iniciación de la jóvenes negras al llegar a la pubertad. En la región de San Basilio de Palenque (Bolívar), sólo participan en la danza mujeres; la intervención de los hombres se reduce a la ejecución de los instrumentos y hacer el canto en donde a veces toman parte. El acompañamiento de voces se cumple con el palmoteo, con el diálogo entre la primera y un coro formado por los restantes, suelen usarse textos como el siguiente:

 

_ Una voz con qué se peina la Luna

coro: Josefa Matía... Josefa Matía

_ Una voz: con el peine y la peineta

coro: Josefa Matía... Josefa Matía

_ Una voz: la luna por indiscreta

coro: Josefa Matía... Josefa Matía

_ Una voz: me dijo que no podía

coro: Josefa Matía... Josefa Matía

 

Las jóvenes salen al patio en fila palmoteando con las manos en alto a paso corto; similar al de la cumbia y en posición erguida, se suceden varias figuras, usando las faldas que simbolizan la ofrenda de la fertilidad, avanzan y retroceden, se ensalzan por los hombres, abren y cierran las faldas en alto; se cubren el rostro, hacen un corro cerrado en un punto, se frotan el vientre, flexionan la cabeza a un lado y al otro en aptitud ceremonial y finalmente regresan a la fila inicial, repitiendo el palmoteo con los cuales acompañan los pases para la salida. El traje blanco de las jóvenes le comunica a esta danza un contenido plástico muy particular, siendo considerada como una de las más bellas de todo nuestro acopio folclórico.